Publicado: 18 de Julio de 2017

EL CONFLICTO. Es de esas cosas que como la ira tiene mala prensa y sin embargo estamos condenados a vivir con él toda nuestra vida. No sólo vivimos con él, además es el motor de cambio que tenemos para evolucionar. 
Nos enfrentamos a un conflicto cada vez que tenemos que decidir y todos sabemos que nuestro futuro dependerá de nuestras decisiones, lo acertadas o no que estas sean según nuestras posibilidades. 
Las razones de nuestras decisiones, las verdaderas, las que subyacen a los argumentos que utilizamos para decidirnos por ellas, a veces se tornan transparentes para nosotros y en muchos casos esa transparencia viene dada por la evitación del conflicto que significaría enfrentarnos a ellas. 
Nunca es una buena decisión enfrentarnos a un conflicto intentando ignorarlo y hacerlo transparente. Sí es verdad, que en ocasiones los conflictos son de difíciles solución o incluso imposible y que esto lo debemos de admitir y también las perdidas que nos generan, pero sin ignorar.
Todas las facetas de nuestra vida, internas y externas están inmersas en una sucesión de conflictos que debemos de aprender a gestionar, la opción no es huir de ellos, la opción es, gestionarles de forma positiva y hacer de ellos una herramienta de crecimiento .
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