Publicado: 29 de Julio de 2017

La dislexia. Es una forma neuroatípica de procesar la información  que viene del exterior.
Esta neuroatipicidad también afecta a nuestra respuesta y la relación con nuestro entorno. Por estas dos razones podemos afirmar que la dislexia es un síndrome que afecta de forma globala al individuo que la padece.

En la mayor parte de los casos cuando hablamos de dislexia acude a nosotros la imagen del niño que le cuesta escribir y leer y que pone muchas faltas de ortografía. Los estudios más recientes sobre la materia nos indican que eso es uno de los síntomas que resultan más llamativos en un disléxico y sin embargo es una pequeña parte de las diferencias que podemos encontrar en él respecto al individuo no disléxico, en este caso negativa y limitante para él.

Si definimos el aprendizaje como la capacidad de realizar una tarea- de cualquier nivel y complejidad- bajo el efecto de una interacción con el entorno. (Cerdá, L. 2009) Tendremos que llegar a la conclusión que, si no hay ninguna otra anomalía que lo pueda explicar,  los disléxicos y todos aquellos individuos que tienen una neuroatipicidad que hace que sintetice, maneje, o procese la información de una manera diferencial a la denominada normal, y sin embargo no patológica, son individuos que interactúan con el entorno de una manera diferente, ya que su propia atipicidad para recibir la estimulación que viene del exterior, organización y trabajo con ella, les marcará una diferencia. 

El sistema y los protocolos de aprendizaje están diseñados para poder atender a la mayoría y la mayoría es neurotípica. Eso no quiere decir que la neuroatipicidad signifique una carencia en sí misma. Lo que desde luego significa es que en el ecosistema donde se da, traerá problemas de adaptación, en diferentes momentos de su integración, ya que es diferente al grueso del grupo de referencia.

Vamos a tomar prestada una definición bastante comprensiva de la dislexia. Según Habib. " El niño disléxico es simplemente biológicamente diferente. Su cerebro es, en origen, diferente en su funcionalidad desde el nacimiento, cuando llega la hora de enseñarle a leer con métodos convenientes para los niños biológicamente diferentes a él, estos, en su caso no serán adecuados.  Tener que afrontar una aprendizaje tan complicado y desde una codificación estudiada, diseñada y optimizada para otro sistema formalmente diferente representarán una dificultad añadida para el niño disléxico en el quehacer complicado del aprendizaje de la lectura. El niño disléxico cuando comienza a leer ya a interactuado con su entorno de manera diferente al resto de los niños y esto, según los principios de la plasticidad neural, ha hecho que sus redes sinápticas hayan tomado otros caminos de desarrollo,  que las representaciones que construye en su cerebro respecto al mundo que le rodea sean diferentes, ahí estará la base de su dificultad en el aprendizaje de la lectura. La percepción del espacio, el tiempo y un largo etc de conceptos, serán diferentes. Esto hará que las categorizaciones  que ordenen sus saberes y los códigos que se les hagan entender y les den formas sean diferentes.

Según lo explicado hasta el momento, podemos darnos cuenta que la dislexia no es un problema únicamente de lectoescritura, es uno de los síntomas más llamativos, pero no el único, va haber muchas otras diferencias que dependiendo de la situación le van a dar ventaja o desventaja al disléxico en su capacidad de adaptación al medio que le rodea. Lo que sí es cierto es que hay que atender aquellas etapas de su socialización en las que se pueden presentar dificultades en la adquisición de algunas habilidades para poder desarrollar en este individuo neuroatípico, todos sus potenciales, haciendo útiles sus diferenci
as. 

También según lo expuesto podemos darnos cuenta que considerar la disléxica como un trastorno de aprendizaje sin más, no es una justa categorización de esta condición, en verdad estaríamos frente al desarrollo de un síndrome que a lo largo de toda su vida irá acomodándose más o menos adaptativamente al ecosistema que pertenece, dependiendo no sólo de su capacidad, también de las oportunidades diferenciales que se le den. 

Es importante que la evaluación que se haga en el diagnóstico de la dislexia abarque íntegramente todos las dimensiones de la misma y no sólo el trastorno de lecto-escritura.  
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